En la segunda mitad del siglo XIX desembarcaron en las costas del Río San Juan, los primeros toneles de roble europeo provenientes de la Alemania natal de la Familia Lahusen, fundadora de la empresa. Ciento cincuenta años después sigue vigente la alianza entre el roble y el vino que criamos en nuestra bodega de guarda. Desde la tina hasta la barrica bordelesa incluyendo los toneles, bocoyes y cascos, muchas son la formas que adopta la noble madera comprometidas con nuestro vino. Gracias a esta gama de envases, muchos de ellos con una larga historia, la bodega atesora un millón de litros de capacidad, el mayor volumen de crianza en Uruguay respondiendo a la afirmación "calidad que viene de la historia". Con este criterio se elaboran los vinos Maderos de San Juan Tempranillo, Pinot Noir y Tannat.